5 errores comunes al elegir el envase para tu producto y cómo evitarlos
Error n.º 1: Ignorar las propiedades protectoras del envase
Este es, quizás, el error más costoso que se puede cometer. El fabricante invierte alma y recursos en crear un producto de calidad, y luego lo envasa en algo que simplemente no es capaz de proteger ese producto. Y todo esto por ahorrar unos céntimos en el envase.
Cada producto tiene sus «enemigos». Para el café, es el oxígeno, que en cuestión de semanas convierte un rico aroma en un olor apenas perceptible. Para los snacks crujientes o la leche en polvo, es la humedad, que los ablanda y los convierte en grumos. Para las especias de colores vivos, es la luz solar, que «devora» su color.
La solución es simple, aunque requiere atención: es necesario conocer tu producto y seleccionar un envase con la barrera protectora adecuada. Para el café o productos sensibles al oxígeno, la opción ideal sería una bolsa multicapa, por ejemplo, un doypack con una lámina de aluminio en su interior. No es solo una bolsa, sino una pequeña caja fuerte para preservar el sabor y el aroma.
Error n.º 2: Subestimar la importancia de la comodidad para el consumidor
Imagina: compraste un paquete grande de granola. El producto es delicioso, pero después de abrirlo por primera vez, te das cuenta de que no hay forma de cerrarlo. Ahora tendrás que buscar una pinza, trasvasarlo a un frasco, y mientras tanto, el producto perderá su frescura. ¿Querrás volver a comprarlo si la competencia tiene el mismo, pero en un práctico envase con cierre zip?
La comodidad no es un lujo, sino parte del servicio moderno. Es el respeto por el tiempo y el confort de tu cliente. Un paquete que es imposible de abrir sin tijeras, o una salsa que salpica al intentar verterla desde un envase incómodo, todo esto crea una experiencia negativa.
Hoy en día, el mercado ofrece multitud de soluciones. Muescas láser para una fácil apertura, cierres zip fiables para un uso repetido, la forma estable del doypack que no se cae en el estante; todo esto hace la vida del consumidor más sencilla y aumenta el valor de tu producto a sus ojos.
Error n.º 3: Disonancia entre el envase y el posicionamiento de la marca
El envase es lo primero que ve y toca tu cliente. Es tu conversación silenciosa con él. Y es muy importante que esta conversación sea honesta. El error surge cuando la «ropa» no se corresponde con el carácter del producto.
Un chocolate artesanal caro en un envoltorio primitivo y barato genera dudas sobre su calidad. Y, por el contrario, un producto común en un envase demasiado pretencioso y «dorado» puede ahuyentar al comprador, que pensará que le están obligando a pagar por el marketing y no por el contenido.
Antes de aprobar el diseño, pregúntate: ¿qué historia cuenta mi envase? ¿Transmite los valores de mi marca? Para productos naturales, son adecuados los colores tranquilos y los materiales mate y agradables al tacto. Para snacks juveniles, la viveza y la audacia. La armonía entre el contenido y la forma crea confianza, y la confianza es la base de una relación a largo plazo con el cliente.
Error n.º 4: Descuidar la logística y las particularidades del retail
A menudo, el fabricante está tan concentrado en el producto que se olvida de su largo camino hasta el estante de la tienda. Y este camino puede ocultar costes significativos y no evidentes. Los pesados tarros de cristal o los voluminosos envases redondos no solo representan el coste del propio envase, sino también mayores gastos de transporte. Literalmente, pagas por transportar «aire» entre los tarros en una caja.
El envase flexible, como el ligero y compacto doypack, cambia radicalmente la situación. Antes de ser llenado, se almacena en forma de rollos y ocupa un mínimo espacio en el almacén. Y después de ser llenado, permite ocupar la caja de transporte de manera mucho más densa.
Además, piensa en la exhibición en la tienda. ¿Tu envase se mantendrá estable en el estante, o los reponedores tendrán que estar ajustándolo constantemente? Un doypack estable o una bolsa con fondo plano siempre estará «mirando» al comprador, trabajando para tus ventas, en lugar de estar tirado en desorden.
Error n.º 5: Un enfoque superficial hacia la cuestión de la sostenibilidad
«Eco» no es solo una palabra de moda que se puede añadir al envase. Es una responsabilidad compleja. El mayor error aquí es el llamado greenwashing, cuando una marca solo aparenta preocuparse por el medio ambiente.
Por ejemplo, una bolsa de papel puede parecer ecológica, pero si no protege el producto y este se estropea, el daño a la naturaleza por los residuos alimentarios será mucho mayor que el del plástico. El producto más ecológico es aquel que ha sido consumido, no desechado.
Por lo tanto, la verdadera sostenibilidad comienza con la protección fiable del producto. Y luego vienen los demás pasos: reducir el peso del envase, usar monomateriales que sean más fáciles de reciclar (por ejemplo, los modernos doypacks compuestos íntegramente de polietileno), y una comunicación honesta con el consumidor sobre cómo desechar correctamente el envase. Es un camino complejo, pero el único correcto.